Transportémonos a Francia.A grandes palacios como el de Versalles, Saint Cloud o Luxemburgo.Concretamente en medio de sus inmensos e infinitos jardines.Tal vez encontrando una salida entre los altos arbustos del laberinto;u oliendo una del millar de tipos de flor que recorren los caminos; o quizá sentando en el borde de una escultural fuente tirando piedrecitas a la sonora cascada de agua.
El sonido principal son las risas de los principes y princesas que corretean por todos los caminos y escaleras. Cada infanta lleva delicados y espectaculares vestidos confeccionados en tul, con lazadas decorando las sutiles mangas y elegantes pasamanerias.
La diseñadora de la corte Aiana Larocca las observa desde el gran ventanal de la torre central. La tierna sonrisa dibujada en su cara muestra el gran orgullo por su trabajo y por hacer posible la orden de palacio:
"Las princesas deberán vestir elegantes vestidos, propios de su estatus social, pero siempre cómodos para poder realizar sus tareas y juegos propios de su edad."